En los últimos días, graves problemas con el SNS comenzaron a liderar la agenda informativa nacional; en particular, tras el triste caso en el que una mujer embarazada perdió a su bebé.
Estos problemas son antiguos y ningún gobierno ha podido, hasta la fecha, resolverlos adecuadamente; no por falta de buenas ideas de algunos ministros de salud. Sino porque poco se puso en práctica.
¿El problema es estructural? coyuntural? En mi opinión, el problema es estructural y el retrato existe desde hace mucho tiempo. Médicos no faltan, médicos hay, pero huyen del SNS. El ministro de Hacienda llega a decir que el problema no es financiero; por lo tanto, tendrá sus raíces en la mala gestión y estrategia adoptada a lo largo de los años por los distintos gobiernos.
En 2017 se crearon los “Centros de Responsabilidad Integrada (CRI)” con la misión de velar por el desarrollo de buenas prácticas clínicas enfocadas a las necesidades de los usuarios, adecuando la organización interna de las entidades del SNS a una gestión eficiente; impulsar procesos de gobernanza clínica que contribuyan a la mejora continua de la calidad de la atención prestada en el SNS; aumentar la accesibilidad y los tiempos de respuesta del SNS a los ciudadanos; maximizar la capacidad instalada en la red pública del SNS; promover la autonomía, implicación y responsabilidad de los profesionales en la gestión de los recursos, incentivándolos a desarrollar su actividad exclusivamente en el SNS; aumentar los niveles de productividad y satisfacción de los profesionales del SNS,
La pregunta que surge es, ¿por qué funcionan bien los CRI, por ejemplo en el Hospital de São João, en Oporto (por cierto, un hospital que ha tenido una fuerte dinámica y administración), y en otros centros hospitalarios tiene una imagen” fantasma”? Un caso para decir “Hay que investigarlo”, como dice nuestro Presidente.
En las próximas líneas, daré un poco de enfoque a la salud bucal, a pesar de saber que en otras áreas de la salud reina el caos y se compromete el cuidado de la vida. Pero hablaré, porque la propia salud bucodental está en riesgo y si no se reestructura, estará al borde de la extinción. Y en este punto tengo que hablar de sostenibilidad, basada en tres pilares fundamentales: social, económico y medioambiental (con énfasis en los residuos).
En el capítulo social, los tratamientos bucales accesibles son fundamentales para mejorar las condiciones de salud y reducir las disparidades que existen entre las poblaciones; así como limitar la carga sanitaria de la población y reducir las desigualdades socioeconómicas. Las disparidades sociales en materia de salud y atención médica son particularmente evidentes en la cavidad oral. Existe una clara asociación entre la mala salud bucal y las enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Muchas personas son portadoras crónicas de infecciones en la cavidad bucal, limitándose a sobrecargar el servicio de urgencias en caso de agudización, donde suelen prescribir medicación antibiótica paliativa. Además de no solucionar la patología, conlleva costes importantes.
Cabe señalar que en 51 centros hospitalarios existen 27 Servicios de Estomatología en los que trabajan 145 estomatólogos.
Por otro lado, la mayoría de los odontólogos son autónomos en el sector privado, ya que no existe una carrera que permita integrar a estos profesionales en la plantilla del SNS. Sin embargo, la falta de respuestas de proximidad en salud bucal ha llevado a algunos centros de salud a realizar “contratos de servicio” con odontólogos; hay, hoy, alrededor de 135 a 150 odontólogos en los centros de salud, brindando atención primaria.
Curiosamente, el número de dentistas en Portugal, per cápita, es de 1 dentista por 884 habitantes, más del doble del recomendado por la Organización Mundial de la Salud, que es de 1 profesional por 1500 a 2000 habitantes. Eso sí, como el mercado no los absorbe, más del 20% o emigró (12,72%) o abandonó la profesión (7,96%), según datos de la Asociación Dental Portuguesa.
Llegados aquí, sigue existiendo una enorme necesidad por parte de la población de recibir tratamientos de salud bucodental en el SNS, que no da respuesta a estas necesidades. Los estomatólogos trabajan en hospitales de tercer nivel y son escasos; por otro lado, y mientras casi no hay odontólogos trabajando en la atención primaria del SNS, el paro o subempleo de odontólogos alcanza cifras nunca imaginadas.
El encuentro real entre pacientes y odontólogos o estomatólogos está reservado para aquellos que “pueden”. Esta es la verdadera expresión del derroche y la pirámide invertida.
Existe una gran necesidad de formación de equipos integrados de odontólogos y estomatólogos en el SNS, así como de la creación de más consultorios de medicina bucal, en los centros de salud y en los hospitales públicos.
Al abordar el aspecto ambiental , encontramos que las oficinas privadas, con la implementación del Decreto Ley 108/2018, que establece estándares de seguridad en cuanto a la protección contra los peligros derivados de la exposición a las radiaciones ionizantes (en relación con nuestros dispositivos de rx) combinado con una falta evidente de conocimiento por sus editores nacionales de la realidad del sector Salud, es decir Salud Bucodental y Medicina Veterinaria, está resultando imposible de implementar, llevando a la ruina y extinción, en pocos meses, de dos sectores de la salud humana y animal. Me refiero aquí también a la Medicina Veterinaria, que ha brindado valiosos servicios al país y que en las últimas décadas ha tenido un desarrollo, reconocido por todos.
Sin embargo, el mencionado diploma legal entrega a la Agencia Portuguesa de Medio Ambiente (APA), el organismo de inspección, que es ni más ni menos que IGAMAOT - inspección general de agricultura, mar, medio ambiente y ordenación del territorio, que inspecciona y sanciona. , que puede oscilar entre los 24.000 y los 5.000.000 de euros. Pregunto: ¿qué hacen nuestros pequeños rx al medio ambiente? La radiación es mínima, por cierto descrita en artículos científicos. No tiene sentido. Si por un lado las Rx son herramientas de diagnóstico imprescindibles, los profesionales que se ocupan de estos dispositivos cumplen minuciosamente con todo el protocolo de seguridad. La preocupación por el medio ambiente siempre ha sido importante para los profesionales de la salud.
Presos de pánico, los dentistas del sector privado no pueden evitar preguntarse: ¿los establecimientos de salud pública y los grupos de hospitales privados están sujetos al mismo escrutinio riguroso que la actividad de diagnóstico por imágenes, o se trata de otro intento de aplastar a los pequeños proveedores de salud? ¿salud?
¿Será la práctica de la Medicina Oral el nuevo desastre nuclear del siglo XXI? Dada la sorprendente posibilidad de multas del orden de decenas de miles de euros, que podrían llegar a cientos de miles, ¿no sería económicamente más razonable cerrar las consultas dentales?
Desde una perspectiva económica, es imperativo tratar de evaluar el impacto financiero futuro de la cobertura total de todo el territorio nacional, teniendo como meta la existencia de 1 odontólogo por cada 1500 habitantes en la línea de pobreza, asumiendo así un enfoque más universal y equitativo. acceso a la atención de la salud bucodental.
Considerando la necesidad de contratar 1379 profesionales y un coste anual de 41580 € por odontólogo + auxiliar (estimando 1600 € + 800 € de salarios brutos + cargas sociales), el impacto económico para la cobertura total de la población en línea de pobreza es de 57.338.820 € por año.
Según el informe de Presupuestos del Estado para 2021, se esperaba que el Presupuesto (ingresos consolidados) del Ministerio de Sanidad ascendiera a 12.565,4 millones de euros. Sería así un aumento de sólo 0,46%, y habríamos atendido a la franja de la población más necesitada. Solo hablo de los más necesitados, porque olvidémonos de un SNS universal que pueda atender a toda la población.
Las clínicas privadas de salud bucodental están cerrando por las imposiciones burocráticas exigidas y difíciles de cumplir, los millones de portugueses que buscan el SNS encuentran una “curita” en todas las áreas de la medicina, y el caos parece durar.
Y porque hay que pensar en soluciones, junto con dariacordar/zerodesdicio, que preside Paula Policarpo y donde yo soy la coordinadora de salud bucal, tenemos un proyecto sustentable 360 pensando en los tres aspectos de la sustentabilidad para la salud bucal.
También en SEDES, junto con odontólogos y estomatólogos, elaboramos un documento con posibles soluciones para la salud bucal, que se publicará junto con todas las recomendaciones de los diferentes grupos incluidos en el observatorio de SEDES.
Ana Sofía López
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